¿Qué hacer si me ha tocado mesa electoral?

Básicamente, joderte.

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Estás tranquilamente en casa.

Suena el telefonillo.

Es una carta certificada, qué raro.

Y sin darte cuenta, el cartero te acaba de dar una grandísima noticia: te ha tocado formar parte de la mesa electoral de tu colegio en las próximas elecciones. Como ya has reconocido tu identidad delante de la persona de Correos, te deja bien claro que, si no quieres meterte en problemas, lo mejor es que cojas la carta, cierres la puerta, y lo celebres llorando en la intimidad de tu hogar.

Si te toca, te toca. Es una cuestión de suerte, como el Gordo de la Lotería. Y además, solo pasa cada 4 años*, como las superlunas o los eclipses solares que solo se ven una vez cada 10.000 años**. ¿Y si encima te toca, como en mi caso, 2 veces seguidas? Fuá, qué gran fortuna, ¡me quejaba yo de que el Karma me tenía manía! En los sorteos de Instagram no, pero en los de mesas electorales sale mi nombre el primerito. Y sin tener que etiquetar a nadie.

*Jajajajaja, no.

**Jajajajaja, tampoco

Como sabrás, hay ciertas circunstancias por las que puedes no presentarte. Si tienes más 65 años, por ejemplo. También si no sabes leer, aunque sería raro que te enteraras justamente leyendo este blog. Además, hay otras excusas para no acudir a tus obligaciones electorales como, no sé, estar muriéndote. Que no soy yo quien las llama excusas, que es la propia democracia quien incluso establece un horario para ello:

Buenos días, vengo a decirle que no podré formar parte de la mesa electoral, porque mi perro se comió la carta certificada en la que me lo notificaban.

Si vives en Madrid, puede que tú seas una de esas personas elegidas para el próximo día 4. Madrugarás como cualquier día, pero trabajando muchas más horas que cualquier día, y cobrando la friolera de 3,82352941 €/ hora aproximadamente. Amigo, la democracia tiene muchas cosas buenas, pero nunca se hizo famosa por ser buena pagadora.

Como veterana en esta materia, me voy a permitir darte unos cuantos consejos que te ayudarán a desenvolverte como pez en el agua como miembro de mesa:

• Prepárate psicológicamente. Vas a a pasar 17 horas que parecen 17 días sentado en una silla, haciendo una de esta 3 funciones:

- Leyendo en alto nombres, apellidos y DNI.
- Subrayando, con regla y fosforito amarillo, nombres, apellidos y DNI.
- Moviendo un sobre y diciendo "puede votar".

El nivel de concentración que requiere es altísimo. Quizá deberías comprar Pharmaton Complex en tu farmacia de confianza.

• No llegues tarde. Si no eres puntual y ya han hecho el reparto de pringados de mesa, se te contará como no presentado y puedes ir a la cárcel. Es preferible ir y soltar cualquier excusa para no quedarse (de las de toda la vida, no de las admitidas por la democracia) que presentarse tarde. En mi época de estudiante se estilaba lo de comer tiza para que te diera fiebre, puedes probar y ya verás lo pronto que te envían a casa. Puede que durante 14 días incluso. Si no, puedes llegar tarde, ir a la cárcel y tener que enfrentarte a esta situación con otros reclusos:

- ¿Tú por qué estás aquí?
- Porque me quedé dormido.

• Rellena actas desde el momento en que llegues. No cometas el error de pensar que tienes tiempo de sobra. 17 horas no son nada. NADA.
• Llévate algo de comer. Quizá el estrés de estar 17 horas sentado y subrayando con una regla y un fosforito amarillo te cierre el estómago, pero puede que te entre algo de hambre. Recuerda que llevarás mascarilla, así que podrás comer sin que nadie lo note durante todo el día. Y, por si acaso tus compañeros de mesa no leen este post, llévate comida de sobra. Por experiencia, sé que cuando ofreces, contestan con un rotundo «sí».
• Rellena actas ahora que tienes el estómago lleno. En serio, sé que piensas que es una chorrada, pero hay muchos datos que se pueden ir completando antes del recuento de votos.
• Aprovecha tu poder. Ese día, tú mandas. Incluso, si quieres, puedes tomar el pelo con cautela a alguna de las personas que vayan a votar a tu mesa. De mi primera vez, recuerdo con especial cariño dos situaciones:

SITUACIÓN 1 CON UNA FAMOSA VIDENTE:
- Hola, sé que tengo que votar aquí, pero no sé cuál es mi mesa.
- ¿Y por qué no le preguntas a los astros?
(Todos sabemos que no fue así, y que la pregunta la hice cuando ya le había informado debidamente de la mesa en que debía votar. Pero y qué).

SITUACIÓN 2 CON UN POLICÍA:
- Buenos días, ¿me deja su DNI, por favor?
- Sí, tome.
- Uy, es la primera vez que le pido yo el DNI a un policía en lugar de él a mí, jijijiji.
(Los policías son más de vacilarte de a ti, que de que los vaciles tú a ellos, quién podría imaginarlo).

• Rellena actas, que seguro que aún ni las has sacado del sobre. Te lo digo desde ya, parecen inofensivas, pero las actas son Satán.
• No te agobies si no sabes algo. Aunque al llegar te lo explican todo rapidísimo para que no te enteres, te acabas enterando (pones la regla en el nombre y subrayas con el fosforito amarillo). Además, es normal no saber cosas y hacerse líos, como le pasó a Santiago Abascal con lo de los votos por correo:

Abascal no sabe cómo funciona el voto en España.

Si has votado por correo no puedes ir a votar. pic.twitter.com/mtIxVw1tUq

— AntonioMaestre (@AntonioMaestre) April 29, 2021

A ver, que él aspira a ser presidente del Gobierno y a ti te han obligado a estar ahí, pero espero que hayas pillado el concepto.

Lo bueno es que uno siempre puede rectificar a tiempo cuando se entera de que lo que ha dicho es 100% mentira:

Yo pensé, yo creí que.

Y oye, todos tenemos derecho a equivocarnos. Lo importante es ser humilde. Y Santi lo es, que lo dice toda esta gente:

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Hay más gente que lo dice, pero enough is enough.

Para los que no seáis tan expertos en democracia como yo: cuando te dan la lista de personas que votan en tu mesa, aparece una "C" al lado de quienes solicitaron el voto por correo. Así que, si vienen a votar, los mandas para casa con la misma decisión que si hubieran comido tiza. Los votos por correo te los trae una persona de Correos, quién sabe si la misma que te dio la gran noticia al comienzo de este post.

• Tú también votas, que no se te olvide. Tendrás que enseñar tu DNI, y alguien subrayará tu nombre y DNI con regla y fosforito amarillo por ti.
• Si no has empezado a rellenar las actas antes del recuento de votos, ya vas mal. Desde el momento en que empieces a hacer montoncitos de votos en la mesa, vendrán los apoderados a pedirte las actas. Y tú tendrás que decirles que no las has rellenado aún. Y te estresarás. Y puede que uno de los apoderados quiera impugnarte un voto y te retrase aún más. Y entonces te acordarás de mí y jurarás que nunca dejarás para la noche las actas que puedas rellenar por la mañana.
• No esperes dar ningún bombazo informativo al llegar a casa, con los datos extraídos de tu colegio electoral. Aunque esperes ver el pactómetro de Ferreras echando fuego, la realidad es que llegarás con el 99,5% escrutado, te comerás un triste sándwich y caerás en los brazos de Morfeo mientras piensas si alguna vez la democracia hará tanto por ti como acabas de hacer tú por ella en esta jornada electoral.